
¿Qué es la pintura en polvo?
Es un recubrimiento seco compuesto por partículas de resina, pigmentos y aditivos, que se aplica por vía electrostática y luego se cura en horno, formando una película sólida sin disolventes.
¿Cuáles son las principales ventajas frente a la pintura líquida?
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Mayor rendimiento (casi 100 % de aprovechamiento del polvo).
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Menor emisión de COV (compuestos orgánicos volátiles).
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Recubrimiento más resistente a la corrosión y al desgaste.
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Acabados más uniformes y libres de goteos.
¿Qué tipo de superficies se pueden pintar en polvo?
Principalmente metales (acero, aluminio, hierro fundido), aunque existen desarrollos para plásticos y maderas especiales con imprimaciones adecuadas.
¿Cómo se prepara la pieza antes de pintar?
Se realiza un pretratamiento que incluye:
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Desengrase y limpieza química o mecánica.
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Enjuagues para eliminar residuos.
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Conversión química (fosfatado o pretratamiento con sales de circonio) para mejorar la adherencia y resistencia a la corrosión.
¿Se puede realizar este proceso en sitio?
No. Este proceso requiere varios equipos especializados:
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Cabina con pistola electrostática.
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Sopladores de aire comprimido.
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Sistema de recuperación y ciclones para el polvo sobrante.
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Lavado y/o pretratamiento de la pieza.
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Horno de curado que eleva la temperatura del metal a entre 160 °C y 220 °C durante aproximadamente 10 minutos.
¿Cómo se controla el espesor del recubrimiento?
Se utiliza un medidor de espesor (por inducción) después de la aplicación. Este espesor se controla ajustando los parámetros y métodos de aplicación en la pistola.
¿En qué consiste el curado y cuáles son sus parámetros?
La pieza entra a un horno a temperaturas entre 160 °C y 240 °C durante un tiempo determinado. Se sigue un perfil térmico (rampa, mantenimiento y enfriamiento) que garantiza la fusión, flujo y entrecruzamiento del recubrimiento.
¿Se puede reciclar el polvo sobrante?
Sí. El polvo recolectado se evalúa (verificando contaminación y propiedades de fusión) y, si cumple con los estándares, se reincorpora al proceso, reduciendo desperdicio y costos.
¿Qué defectos son comunes y cómo evitarlos?
Ampollas: exceso de humedad o contaminación en el pretratamiento.
Piel de naranja: curado inadecuado o mala fluidez del polvo.
Desprendimiento: falta de adhesión por pretratamiento deficiente o curado insuficiente.
Grumos: partículas ajenas al proceso o contaminación de la pintura.
¿Cómo influye la temperatura ambiental?
Ambientes fríos o húmedos pueden provocar condensación sobre la pieza, afectando la calidad del recubrimiento.